Introducción
En el ecosistema digital actual, los comentarios hostiles, las burlas y las provocaciones se han normalizado. El trolling —conducta intencionada de provocar, ridiculizar o atacar a otros en línea— es un fenómeno social y psicológico que puede tener consecuencias severas para la salud mental, tanto en las víctimas como en quienes lo practican.
Qué es el trolling y cómo opera
El trolling se ha definido como “Una forma de acción colectiva que implica interacciones anónimas, intencionales, provocadoras y hostiles en plataformas de redes sociales, mediante publicaciones insultantes y manipuladoras, mensajes agresivos y comentarios incendiarios o irrelevantes destinados a provocar u ofender a los usuarios” (Hossain, Quaddus, Akter, Mikalef., Warren, 2025). Los “trolls” suelen actuar desde el anonimato, buscando generar ira o humillación. Según Buckels et al. (2014), muchas de estas conductas se relacionan con rasgos de personalidad como el sadismo o el narcisismo, pero también con la desinhibición propia del entorno digital. El trolling no es “hacer bromas”: es un patrón de hostigamiento que puede escalar hacia violencia simbólica, acoso sostenido o humillación pública.
Impacto en la salud mental
Las víctimas de trolling , según sus recursos personales, puede llegar a experimentar altos niveles de malestar psicológico, debido a la ansiedad, estrés, vergüenza y pérdida de autoestima que la exposición al maltrato público supone. En algunos casos, inclusive, se puede presentar un comportamiento de retiro de la esfera social y/o de abandono de las plataformas digitales. No obstante, la mayoría de los trabajos de investigación, a este respecto, se han enfocado en comprender las características y motivaciones detrás del comportamiento de “trollear”, dejando poco claro cuáles son las consecuencias de corto, mediano y largo plazo de la exposición a este tipo de violencia en las víctimas (Vass, Csukly, & Simon, 2022). Sin duda una tarea pendiente.
Prevención y salud mental
Si bien la prevención debiere actuar sobre la posibilidad que tenga el agresor de posicionarse y generar una plataforma abierta para su comportamiento, acciones básicas de parte de usuarios, como el uso apropiado de los filtros de privacidad, detección de bots, entre otras maniobras, pueden ayudar a evitar la exposición a este tipo de personas.
En el contexto en que nos desenvolvemos, la denominada alfabetización digital resulta insuficiente para comprender y actuar frente a estos fenómenos, pues, se requiere que los usuarios de las diferentes plataformas digitales, conciban su participan en ellas, como en un entorno social alternativo al encuentro cara a cara tradicional. En otras palabras, Internet y las Plataformas digitales, no son mera herramientas, sino, literalmente, entornos sociales mediados tecnologicamente. Por este motivo, identidades, emociones, creencias, se ven reformuladas, con efectos a nivel del bienestar personal y la salud mental. De esta forma, la alfabetización que se requiere es en Salud Mental Digital.
Conclusión
El trolling es más que un problema de convivencia virtual: es una forma moderna de violencia psicológica. Promover la empatía digital y reconocer el impacto emocional de las palabras es fundamental para construir espacios más saludables en la red.
Referencias
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Buckels, E. E., Trapnell, P. D., & Paulhus, D. L. (2014). Trolls just want to have fun. Personality and Individual Differences, 67, 97–102. DOI https://doi.org/10.1016/j.paid.2014.01.016
- Hossain, M. A., Quaddus, M., Akter, S., Mikalef, P., Warren, M. (2025). Trolling in social media: A deindividuation and contagion perspective. Information & Management. https://doi.org/10.1016/j.im.2025.104211
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Vass, E., Csukly, G., & Simon, L. (2022). What makes someone a troll? The psychology of trolling: Systematic literature review. Psychiatria Hungarica, 37(1), 13–28. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35311694/

